Oración Comunitaria 07/04/2016
ESCUELA
DE ORACIÓN: nos reunimos en este espacio
orante, donde Cristo nos abre los brazos acogedores de la resurrección, para
mandarnos a la misión y dar testimonio de su paz y su esperanza.
Y seguimos con
la Carta de Pascua de Seve en este Año de la Misericordia: APASIONADOS
COMO EL PADRE
2. Para entender qué es ser misericordioso tengo que haber experimentado la misericordia. Hay que
pasar por la miseria y reconocerla para poder tener el corazón hacia ella.
Puedo compadecerme, puedo tener misericordia en la medida en que he
experimentado la miseria: si no hubieras sido forastero no entenderías qué
sentido tiene lo que te pido hoy (cf. Ex. 23,9).
La
misericordia de Dios hacia nosotros, no es desde arriba, que echa en cara o
disculpa sin más, sino desde abajo, haciéndose cargo de nuestras debilidades,
no para “pasar la mano”, sino para abrir los ojos a responsabilizarnos, lo cual
no tiene nada que ver con las culpabilidades, que imposibilitan experimentar la
misericordia de la que nos habla la bienaventuranza: “Dichosos los
misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”. Una misericordia que no
degrada, ni humilla, sino todo lo contrario, que se hace cargo de nuestras
debilidades: “El que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la
luz de la vida” (Jn 8,12).
Con Francisco comenzamos cantando: “Oh Alto y Glorioso Dios...”
SALMO 150
¡Aleluya!
Alabad al Señlor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor.
¡Aleluya!
NOTICIA.
Hermandad de Torreblanca y su barrio,
uno de los mas pobres de España
Poncio Pilato no es el único que se
lava las manos en el barrio de
Torreblanca. “Nadie nos ayuda”, advierte María Luisa Gutiérrez, una
vecina de esta barriada obrera del extrarradio de Sevilla. Son las tres de la
tarde y se encuentra a las puertas de la parroquia de San Antonio de Padua,
esperando a que salgan sus dos hijos del comedor social. “Al menos aquí les dan
pescado, algo que en casa no nos podemos permitir”, dice la vecina, que vuelve
a casa deprisa: “Tengo que preparar la túnica para la procesión”. Es Sábado de
Pasión y María Luisa acompaña por las calles del barrio a la Hermandad de los
Dolores de Torreblanca. La misma que pagó el arreglo de su casa, que evitó el desahucio
de su vecina o que entrega a diario alimentos a muchas familias.
“Fundamos la hermandad porque vimos
que en este barrio hacía muchísima falta”, recuerda Manuel Santizo, el primer
hermano mayor que tuvo la corporación. “Aquí no hay gente rica pero gracias a
Dios salimos adelante”. Según el informe
Urban Audit del Instituto Nacional de Estadística, Torreblanca es el cuarto
barrio más pobre de España. Dos de los tres primeros también están en Sevilla:
Los Pajaritos y Las Tres Mil. La crisis ha azotado de manera especial a este
barrio, cuyos habitantes dependen de la caridad para sobrevivir. “El comedor
social es mis pies y mis manos. Mi marido está preso y yo estoy sola con mis
hijos”, dice Rosa María, que tiene seis niños y no cobra ninguna prestación.
El 10% de la cuota anual que paga
cada hermano de la hermandad de Torreblanca se destina a comprar alimentos para
los vecinos más pobres del barrio. Este año se les ocurrió recoger alimentos de
una forma distinta: los ensayos solidarios. Los vecinos dejaban comida sobre el
paso mientras recorría las calles del barrio. Más peso sobre el costal de la
cuadrilla pero también más alimentos que repartir.“Así hemos recogido 1.300
kilos de comida que se han destinado a las Hermanas de la Cruz, que realizan una
importante labor en el barrio”, detalla Santiago Ruiz Romero, responsable de
caridad de la hermandad. Las familias
llegan a la hermandad pidiendo comida pero también con recibos sin pagar. “A
veces los hermanos les ayudan a resolver algún problema. Es un barrio de clase
trabajadora. La hermandad está muy integrada en el barrio y el barrio en la
hermandad”. Los hermanos de Torreblanca no son un caso único. Algunas
hermandades regentan economatos donde se venden alimentos a buen precio o
programas específicos como el centro de estimulación precoz de la Hermandad del
Buen Fin, donde ayudan a menores nacidos con discapacidades.
María Luisa y sus hijos
son un buen ejemplo de esa solidaridad. “A mí me arreglaron el techo de mi
casa” . El desperfecto no lo cubría la comunidad de vecinos, pero lo habló con
la hermandad y en menos de un mes le dieron unos 800 euros para solucionar el
problema. Los hijos de María Luisa comen cada día en el comedor social Loyola
Torreblanca, donde acuden más de más de 70 niños al día donde algunos repiten dos y hasta tres veces, es su única
comida al día. Susana, voluntaria y usuaria en su día, está contratada por la ONG
Comedor Social Loyola Torreblanca, un ente independiente de la parroquia de San
Antonio de Padua que se encarga de la gestión del comedor. “No se trata sólo de alimentar sino de educar
a través de la alimentación”, insiste el padre Leonardo Molina, jesuita y
párroco. Quince voluntarios enseñan cada día a los niños a lavarse las manos al
llegar. Antes de comer todos rezan un padrenuestro y hacen la señal de la
cruz. A las familias se les exige que
sus niños vayan al colegio y que tengan al día la cartilla del paro, según
explica el padre Molina, que elogia la labor de la hermandad: “Su trabajo
dignifica al barrio, lo une y genera colaboración. Ahora pasamos por una etapa
dulce gracias a la colaboración entre la parroquia y la hermandad”. “Antes daba
pena venir a misa porque había muy pocos fieles”, recuerda Santizo, el primer
hermano mayor de la hermandad, que es el encargado de mantener encendida la
candelería de los pasos.
Alguna vez se planteó la
posibilidad de que el cortejo evitara la plaza del Platanero, que se encuentra
en el centro del sector más marginal de Torreblanca. “Siempre hemos defendido
que en esa zona de Torreblanca hay muchos hermanos que quieren muchísimo a la
hermandad”, dice Santizo. “Habrá gente buena y menos buena como en todos lados.
Pero hay muchos fieles viven ahí y que necesitan la fe”.
EVANGELIO: LUCAS (24, 44- 49)
Les dijo: "Cuando todavía estaba
con vosotros, os decía: Es necesario que
se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y
en los Salmos".
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran
comprender las Escrituras, y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y
resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su
Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de
los pecados. Vosotros son testigos de todo esto. Y yo les enviaré lo
que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean
revestidos con la fuerza que viene de lo alto".
SALIDA (Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium del Santo Padre Francisco)
La alegría del Evangelio llena el corazón
y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar
por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del
aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría a renovar ahora
mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de
dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso.... « nadie queda
excluido de la alegría reportada por el Señor»...No huyamos de la resurrección
de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más
que su vida que nos lanza hacia adelante!
Con Francisco terminados diciendo: “ Te
adoramos...”