Oración Comunitaria 03/03/2016
Dios sale, sale siempre.
"Salió el pastor en busca de la
oveja perdida". Es la experiencia de Jesús y la nuestra: que el Padre no
es alguien impasible que se queda quieto mirando a distancia, sentado,
inalterable. Muchas de las parábolas de Jesús recogen este movimiento, esta
inquietud del Padre: "Salió el sembrador a sembrar...". "Salió
el amo de la viva a contratar jornaleros...". "Salió a los cruces de
los caminos a invitar a la boda a todos los que encontró hasta llenar el
banquete...". "Salió el Padre cuando adivino al hijo pequeño a lo
lejos... y volvió a salir en busca del hermano mayor que se negaba a
entrar...".
No, el Padre no se desentendió de su creación ni de sus hijas e hijas. No
lo hizo entonces y no lo hace ahora. Ha querido hacernos rabiosamente libres,
pero día y noche está solicitando esa nuestra libertad para llegarse a nosotros
y llenarnos de su presencia salvadora. Está saliendo constantemente a
buscarnos. El Padre salió a buscarnos en la encarnación de Jesús. Salió a
buscarnos en su muerte y resurrección. Sale a buscarnos cada mañana... i Dios
mío, qué poco nos enteramos! Comenzamos
todos juntos diciendo: Oh, Alto y Glorioso Dios…….
Canto:
CANTICO
DE EZEQUIEL (Ez 36,24-28)
Os recogeré de entre las naciones, os
reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un
corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu, y haré que
caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a
vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
Silencio y Canto:
NOTICIA
Amir nació como «un niño normal». Eso es lo
que dijeron a Fátima e Hicham, dos jóvenes marroquíes que antes de cumplir la
treintena ya tenían tres hijos. Llegaron a España en 2007 y en su país de
origen Amir no podría tener ni unos cuidados paliativos como merece ni una vida
digna. Allí, la vida de Amir sería «imposible», definen. A los pocos meses de
nacer, a Amir ya se le intuía que tenía dificultades respiratorias,
permanentemente tiene mucosidad, sus músculos están rígidos, su cuerpo tumbado
parece una tabla sobre una de las diez camas ocupadas en la única unidad de Día
de Cuidados Paliativos pediátricos de España.
Esa
unidad que ha regalado suspiros, movimientos y hálitos de vida a Amir está
situada en la zona de Laguna de Madrid. El Hospital de la Fundación
Vianorte-Laguna otorga cuidados a más de un centenar de pacientes con
enfermedad avanzada y hace dos años estrenó este pequeño rincón dedicado a los
niños. El trabajo de la musicoterapeuta María Martínez Gil, la enfermera Marina
Buendía y el equipo excepcional conformado por pediatra, terapeutas
ocupacionales, médico, auxiliar, trabajadora social y psicólogo tiene grabado
en la piel que los niños tienen enfermedades raras, desconocidas como la de
Amir, y que, al final, morirán. Marina, la enfermera, se agarra a su fe como un
instrumento laboral más. Gracias a ella, no concibe el deceso de estos niños
como un camino de dolor, sino que se esfuerza cada día por proporcionar a cada
uno de ellos un tránsito más llevadero.
María, gracias a la musicoterapia, consigue
llegar hasta donde la medicina y la palabra no llegan. «Algunos de estos niños
llevan una bomba que les inyecta medicación de forma continuada. Con la música,
de repente, sonríen o llegan a mover un pie, y ya es una conquista», dice
María. «Es como si las melodías de María ocupasen el espacio que no puede
rellenar un medicamento», dice."Estimulan el desarrollo cognitivo de
pacientes que tienen mermadas sus capacidades. Ha habido niños que mientras
dura la sesión de musicoterapia se olvidan de su dolor y no reclaman medicación
hasta pasadas las horas», reivindica la terapeuta de la música.
Por
la noche volverán a casas como la de Hicham y Fátima, en la zona de Entrevías,
donde Amir tendrá que ser «cargado» hasta un cuarto piso sin ascensor, a una
habitación compartida por sus padres, sus hermanos Anîs y Malak y la familia
paterna. «Es mi hijo. En ningún momento pienso en la idea de que vaya a
morirse, solo en la de procurarle la mejor vida».
Es muy difícil para esta pareja proveniente
de Alhucemas darle los cuidados que necesita, por recursos económicos y por las
especificidades de su dolencia, que es tan rara que adolece hasta de falta de
nombre.
«Cuando llegue su momento morirá; mientras
tanto, nadie va a querer a mi hijo como yo. Es mi ángel», repite Fátima
mientras mira a su hija mayor, Malak, cuyo topónimo en árabe tiene ese mismo
significado, ángel
Silencio y Canto:
EVANGELIO DE SAN MARCOS 2,1-12
Entró de nuevo en
Cafarnaúm; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa. Se
agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les
anunciaba la Palabra. Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro.
Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de
donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla
donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico:
«Hijo, tus pecados te son perdonados». Estaban allí sentados algunos escribas
que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando.
¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?» Pero, al instante, conociendo
Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué
pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico:
"Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu
camilla y anda?" Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la
tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: "A ti te digo,
levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."» Se levantó y, al instante,
tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos
asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida».
Silencio y Canto:
Peticiones
Padre nuestro
Salida