Oración Comunitaria 18/02/2016
ORACIÓN COMUNITARIA.
JUEVES 18 DE FEBRERO
En medio
de la vorágine en la que vivimos, en medio de nuestras prisas y tareas
urgentes, en medio de lo inmediato, en medio de nuestra manía por tenerlo todo
preparado, perfecto y cuanto antes, nos ponemos en presencia del Padre. Que en
este tiempo especial de cuaresma acompañe nuestros desiertos, nuestras
renuncias, nuestras apuestas y nuestras conversiones.
Seguimos haciendonos eco del mensaje del Papa Francisco para esta Cuaresma:
“María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel
Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la
que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte
así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue
siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre
virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está
estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas y con una bondad generosa, fiel y
compasiva que se tiene en el seno de las
relaciones conyugales y parentales.”
Con Francisco comenzamos diciendo: ¡Oh Alto y Glorioso Dios…!
ISAÍAS 30, 18-21
Pero el Señor os espera para tener
compasión de vosotros; Él está ansioso por mostraros su amor, porque el Señor
es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que esperan en él!
Pueblo de Sión, que vives en
Jerusalén: ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oir que
gritas pidiendo ayuda; y apenas te oiga, te responderá. Y aunque el Señor te dé el pan del
sufrimiento y el agua de la aflicción, Él, que es tu maestro, no se esconderá
más. Con tus propios ojos le verás. Y
si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te
dirá: “Por aquí es el camino, id por aquí”
NOTICIA: El Papa
Francisco, al Patriarca ortodoxo ruso: «Somos hermanos»
Un abrazo y la firma de una declaración conjunta pusieron
fin a una enemistad de casi mil años entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa
Rusa. El Papa Francisco y el patriarca ortodoxo ruso Kiril se encontraron por
primera vez en La Habana y se fundieron en un cálido abrazo.
Los jefes de las dos mayores Iglesias cristianas sonreían
abiertamente con todo el rostro: con los labios y con los ojos. Estaban visiblemente
felices y expresivos. Cuando se acercaban uno al otro, el Papa exclamó:
«¡Finalmente!». Enseguida empezó a hacer comentarios muy breves, llamándole
afectuosamente una y otra vez: «¡Somos hermanos!». Y añadió en tono rotundo:
«¡Está claro que esta es la voluntad de Dios!». El Patriarca Kiril, que sonreía
feliz y miraba al Papa con enorme cariño, le respondió: «¡Ahora las cosas son
más fáciles!».
Francisco y Kiril hicieron historia. Era el primer encuentro
entre un Papa y un Patriarca de Moscú, el gesto que rompe una separación que ha
marcado durante siglos una fractura en Europa y que ya no tiene sentido en el
mundo contemporáneo.
Es también el primero de una serie de pasos de acercamiento
que pueden proseguir con rapidez. Una primavera de «deshielo rápido» está a la
vuelta de la esquina.
Al final, ambos firmaron una declaración conjunta,
naturalmente la primera de la historia, sobre ayuda a los cristianos
perseguidos, sobre todo en Oriente Medio, protección de la familia, apoyo a los
jóvenes, refuerzo del papel de los laicos en una sociedad secularizada,
etcétera. Más allá de su contenido, la declaración firmada en La Habana es un
documento que abre muchas puertas, y todas hacia caminos prometedores. La caída
del «muro de Moscú» permitirá a la Iglesia católica cultivar la amistad con las
Iglesias ortodoxas «eslavas».
Otra línea prometedora
es el diálogo de las Iglesias ortodoxas con las demás religiones. La caída de
barreras psicológicas milenarias ayuda a considerar normal el colaborar con
otras religiones en objetivos comunes como, por ejemplo, crear una cultura de
paz cuando hay fanáticos que intentan crear guerras religiosas.
Paradójicamente, la caída de la barrera psicológica al
diálogo entre Moscú y Roma mejora también el diálogo entre las Iglesias
ortodoxas, muchas de ellas excesivamente nacionalistas y apegadas al propio
modo de hacer las cosas en su país. La ortodoxia, en su conjunto, necesita un
respiro similar al que trajo para la Iglesia católica el Concilio Vaticano II.
Con un poco de suerte lo pueden conseguir el próximo mes de julio en el
concilio panortodoxo, el primero que se celebra en 1.300 años y que la parte
más conservadora ha intentado impedir.
EVANGELIO Mt 5, 43-48
“También habéis oído que antes se dijo: ‘Ama a tu
prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo os digo: Amad a
vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Así
seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, pues
Él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e
injustos. Porque si amáis solamente a quienes os
aman, ¿qué recompensa tendréis? ¡Hasta los que cobran impuestos para Roma se
portan así! Y si saludáis solamente a vuestros
hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡Hasta los paganos se portan así! Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre que está
en el cielo es perfecto.
ORACIÓN COMPARTIDA
PADRENUESTRO
Aquí estoy, Señor, envíame. Dispón mi mente y mi corazón a escuchar sin
prejuicios, a servir hasta las últimas consecuencias. Envíame, Señor, a pesar
de que yo también soy débil; así comprenderé que eres Tú nuestra fuerza, y mis
hermanos descubrirán tu rostro de Misericordia en mi presencia discreta.
Envíame, Señor, y así comprenderé que la mayor felicidad está en servirte.
Con Francisco,acabamos diciendo: “ Te adoramos...”